miércoles, 23 de octubre de 2013

De Muscat a Nizwa

Lo malo de las guías de viaje, es que pueden ser subjetivas y están sometidas a las experiencia que haya tenido la persona que la ha escrito o las emociones que le haya evocado un determinado sitio. Tras haber leído una (no voy a dar nombres) y planificar la siguiente ruta, sólo tengo que decir que nos dieron ganas de quemarla, y también que nos acordamos mucho de la madre del autor. Puede que nos creáramos unas expectativas que finalmente no se cumplieron, o que ya estuviésemos hartos de tantas horas de coche, pero leyendo las grandiosas descripciones de los sitios que ponía la guía, y lo que teníamos ante nuestra vista, la verdad es que no se correspondia...

Con el mismo taxista del día anterior, contratamos una ruta. La mañana empezó bien, con una primera parada en Nizwa. En las fotos podéis ver la entrada a la fortaleza, donde se encuentra el zoco con muchísima variedad en cerámicas, armas, joyas, y todo tipo de antigüedades.
 
     
     
Dentro de la fortaleza, también visitamos la parte más antigua de la ciudad (o lo que queda de ella), las casas más viejas construidas en adobe, y las trabajadas puertas, que  tanto les gustan por aquí. Y por supuesto...no podía faltar la plantación de palmeras en su interior!!
 

La llamada al rezo es sagrada (y más si es viernes), así que los hombres y niños se dirigen a la mezquita, dejando su calzado en las escaleras de la misma, en la acera, o donde les coincida, dejando un paisaje de zapatos y sandalias como el que veis en la foto.
 

Siguiendo con la ruta, se nos hizo la hora de comer, así que paramos con el taxista (Ahmed) en un restaurante de carretera, a compartir una comida típica: pollo y carne con arroz. Descalzos y sentados en el suelo, los cuatro y el taxista, comiendo de la misma fuente. Muy importante, comer sólo utilizando la mano derecha!!! Menos mal que para los "guiris" nos trajeron cucharas, porque si no a ver cómo comíamos el arroz.


Del resto de la jornada, pues poco más que decir, horas y horas de coche para visitar Sur y Quriyat, que no nos dijeron gran cosa. Ni las playas que la guía ponía como espectaculares nos lo parecieron, ni el encantador pueblo pesquero nos pareció tan encantador, ni los castillos eran tan grandiosos ... vamos, que la tarde fue un poco decepcionante. Se nos echó la noche encima, y regresamos al hotel.
Eso sí, las risas durante todo el viaje estuvieron presentes, gracias a los dos compañeros de mi marido. 
Por fin conocí a Ignacio (nachomoreraenarabia.blogspot.com) y me hizo mucha ilusión, después de haber seguido sus peripecias por estas tierras a través de su blog, y a Guillermo, que es un crack.

Como veis, dos días y medio de lo más completitos.
Un beso enorme a todos los que me leéis.
















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