Como os había prometido en mi post anterior, aquí va una selección de las mejores fotos de Muscat.
Nada más acomodarnos en el hotel, cogimos un taxi que nos llevó, en primer lugar a ver el Palacio Real del Sultán. Basta con ver las fotos, para darse cuenta de que esta hombre no vive en estrecheces...(aunque al parecer sólo lo utiliza en las visitas oficiales)
La fachada impone, con una explanada enorme, de mármol, llena de turistas haciéndose fotos (entre ellos, nosotros). Pero la parte de detrás, pegada al mar, tampoco deja indiferente.
Es una pena que no organicen visitas al interior, porque si por fuera ya llama la atención, me temo que dentro no reinará el minimalismo.
La ciudad de Muscat está situada entre la falda de las montañas y la costa, y cuenta con numerosas atalayas que por la noche están iluminadas, como las que podéis ver en la foto de la derecha. A todos se nos vino a la cabeza la película del Señor de los Anillos, si la memoria no me falla, en el Retorno del Rey, cuando encienden unas fogatas en las atalayas para comunicarse entre pueblos. La verdad es que por el día, estas atalayas se camuflaban muy bien con los colores de la montaña, y por la noche, con la iluminación lucían espectaculares.
A continuación hicimos escala en el zoco.
Imposible resistirse a entrar en todas las tiendas, en las que podías encontrar todo tipo de pañuelos y pashminas, atuendos típicos omanís, inciensos con todo tipo de quemadores, cerámica, marquetería, orfebrería, gemas preciosas, armas antiguas, herramientas de navegación, lámparas, y un largo etcétera. Es importante regatear en las tiendas, y si chapurreas algo de árabe, me imagino que te toman menos el pelo y eres capaz de conseguir mejores precios. Así que es fundamental saberse los números!!
Al día siguiente por la mañana, nuestra primera visita fue a la gran mezquita. Nos dijeron que fue un regalo del actual sultán para el pueblo, hará unos siete años. Durante su construcción fue la mezquita más grande del mundo, superada después por la de Abu Dhabi. Entre estos países parece que tienen una competencia terrible y que es una cuestión de estatus tener el edificio más alto, la mezquita más grande, la fuente con el chorro más alto... en fin. Para entrar, tuve que ponerme una abaya (con el pañuelo en la cabeza incluido) para poder visitar los patios. Como era viernes, y se trata de su día más sagrado, y la hora del rezo se aproximaba, no pudimos visitarla por dentro. 
Si os apetece visitar Muscat, y tenéis alguna duda o recomendación en la que yo os pueda echar una mano, no dudéis en preguntarme.
Lo mejor de todo me imagino que fue la desconexión y ver que existe otra realidad en paises también de religión musulmana.
ResponderEliminarEres toda una experta en hacernos viajar con tus post, sólo con las palabras...!!
Gracias por hacernos partícipes de todo lo que va sucediendo.