jueves, 23 de enero de 2014

Jeddah en días de lluvia

Es algo tan inusual que llueva en Jeddah, que cada vez que lo hace, se suspenden las clases en los colegios. Esto es debido a que hace unos cuantos años, hubo un día que llovió tanto que se formaron unas inundaciones tremendas, parte de la ciudad se quedó incomunicada, e incluso murió gente. Por eso, como se sabe cuando empieza, pero no cuando para, por seguridad suspenden las clases. Si llegan a aplicar esta medida en Galicia, los niños saldrían del cole analfabetos, ya que cada vez que hablo con mi madre me cuenta que les está azotando un nuevo temporal, así que los niños habrían ido al cole en días contados. Ánimo a mis compatriotas, que nunca llovió que no escampara!!

Sin embargo, aquí en lo que va de otoño/invierno apenas ha llovido dos noches. Lo justo para dejar unos cuantos charcos en el compound (en la ciudad había alguna zona más perjudicada), y los coches llenos de toda la porquería que la lluvia arrastró. Al ser una ciudad tan seca, tan sucia, y tan cerca del desierto, el polvillo se va acumulando en todas las superficies, en las hojas de los árboles, y claro, cuando llueve... llueve barro!!! (y dudo mucho que sea ese tipo de barro que te deja el cutis reluciente). Los limpiacoches del compound tuvieron unos cuantos días de duro trabajo, para dejar el "parque móvil" otra vez visible. Pero eso sí, al menos durante unos días, se notaba que el ambiente estaba más limpio, y que el aire era más respirable.

Otro de los "peligros" de la lluvia, es que si ya de por sí la conducción aquí es bastante temeraria, imaginaros con charcos, y con el barrillo en la carretera. Así que la lluvia que en Santiago de Compostela dicen que es arte (no se consuela el que no quiere), aquí es sinónimo del caos absoluto.



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