jueves, 6 de octubre de 2016

Vacaciones en Sri Lanka

Pues estas dos semanitas de ausencia por el blog se han debido a que hemos estado disfrutando de unas estupendas vacaciones en Sri Lanka. Hay vuelos directos desde Jeddah, así que es una muy buena opción! En apenas seis horas ya estábamos disfrutando del paraíso.
Organizamos el viaje con la ayuda de unos amigos que ya habían estado allí unos meses antes, y nos facilitaron el contacto de su guía. Resultó ser todo un acierto, porque así, al viajar nosotros solos con él, pues podíamos ir haciendo cambios sobre el plan original, y adaptándolo a lo que nos apetecía hacer o dejar de hacer (muy útil cuando se viaja con un bebé!). Samantha, resultó ser además de un guía estupendo, un amigo, un compañero de juegos para Cloe, un fotógrafo excelente y la mejor compañía para conocer el país. A quien quiera contactarle, aquí dejo su página de facebook (https://www.facebook.com/kwrsamantha.senakumara).
No me imagino viajando a Sri Lanka de otro modo, y es que alquilar un coche podía ser una locura, porque además de conducir por la izquierda, lo hacen de una forma un tanto peculiar, tocando la bocina todo el rato para que los tuctucs se aparten y dejen paso. Y en cuanto al transporte público... pues los trenes suelen ser lentos y llevar retraso, y los autobuses me parecieron un tanto temerarios.

En cuanto al destino... pues sólo decir que lo tiene todo: paisajes impresionantes, rutas de senderismo, cultura, templos, playas, safaris... A nosotros nos encantó. Le dimos una vuelta a la isla, recorriendo Sigiriya, Ella, Kandy, Nuwara Eliya, Yala, Galle, Mirissa, Unawatuna... para acabar de donde partimos, la capital, Colombo.

Al principio estaba un poco preocupada por el tema de las comidas, sobre todo por la peque, pero lo cierto es que los buffets de los hoteles están bastante occidentalizados y siempre hay platos que no pican. Es más, los que pican suelen estar en una mesa aparte, así que sin problema.

Aún estoy "digiriendo" el viaje, organizando las ideas, para tratar de decidir qué fue lo que más me gustó (o lo que menos). Por ejemplo, subir a la roca de Sigirya me encantó, las vistas desde arriba son impresionantes, e imaginar cómo debía ser aquéllo siglos atrás, en pleno apogeo, me llena de admiración.

 

En cuanto a las religiones, pues me encantó ver cómo conviven budismo, hinduismo, islamismo, cristianismo... Cuando hay respeto, sí se puede!! Y lo mejor... se celebra todo!!

 
La carretera que va atravesando los campos de té es increíble, no puedes dejar de mirar a un lado y a otro, y todo es verde y frondoso, y perfectamente ordenado. Más que campos de té, parecen jardines que se cuidan con todo el mimo, pues en ellos crece el tesoro de esta tierra, el famoso té de ceilán. Me teletransportaré allí cada vez que me prepare una taza del que hemos traído.

 

En cuanto a los safaris... creo que no voy a volver a pisar un zoo!! Después de haber visto a los animales en su entorno, me parece la opción más sensata. Minneriya es un paraíso para ver los elefantes, la peque lo disfrutó muchísimo, estaba encantada en su jeep sin ventanas!! jajaja.  Por la época del año en la que fuimos, gran parte del parque nacional de Yala estaba cerrado (porque estábamos al final de la estación seca), pero aún así pudimos ver monos, pavos reales, ciervos, cocodrilos, águilas... y hasta el famoso leopardo!!!

 

Las playas son una pasada... pero también, en esta época, el mar estaba muy agitado, así que mojamos los pies en el Índico con mucha precaución, teniendo mucho cuidado con la corriente. De hecho, decidimos pasar del viaje en barco para ver ballenas porque incluso hubo alguna tormenta la noche anterior.




Y aquí otro surtido de fotos variado, que no podía dejar de compartir. Lo dicho, un destino muy completo, seguro y 100% recomendable.
 

 


  










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